por Alexsandro M. Medeiros y Alexis Guerra
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publicado en: jul. 2021
LA FILOSOFÍA: "HIJA DE LA CIUDAD"
Cuando la Φιλοσοφία (filosofía) aparece en la Antigua Grecia y se consolida en la ciudad de Atenas, que en ese momento se había convertido en un centro intelectual y cultural, adquiere una característica muy peculiar. Los Φιλοσοφος (filósofos) como Sócrates, Platão, Aristóteles y los sofistas concentraron gran parte de sus reflexiones en torno a discusiones antropológicas, es decir, en torno al hombre mismo, desde el punto de vista individual, normativo, social, político y existencial.
Por su énfasis en las discusiones antropológicas y en torno a la realidad política ateniense, el historiador de Φιλοσοφία, Jean-Pierre Vernant, incluso declaró que Φιλοσοφία es "hija de la ciudad", es decir, había una preocupación por parte de tales pensadores por discutir el papel social y colectivo de los individuos y esta preocupación fue tan fuerte que Aristóteles llegó a definir al hombre como un "zoon politikon", un "animal político".
El ágora (plaza pública) fue el lugar privilegiado donde tuvo lugar el debate en torno a los problemas políticos y sociales a los que se enfrentan los ciudadanos atenienses.
Cabe recordar que la Antigua Grecia es la cuna de la Democracia (gobierno del pueblo) y, por primera vez, los ciudadanos pudieron participar directamente en los asuntos públicos (res pública). Así surge, si podemos decirlo así, la Filosofía Política.
Los primeros grandes maestros del pensamiento político fueron sin duda Platón y Aristóteles. Ambos buscaron sistematizar sus ideas escribiendo obras cuya importancia aún hoy se reconoce, siendo el primero el autor del clásico A República y el segundo autor de Política. Obras fundamentales para quienes quieran conocer un poco de la historia y las ideas que rodean el fenómeno del poder.
Detalle de la Escuela de Atenas (1510-11), del pintor renacentista italiano Rafael Sanzio (1483-1520)
Pintura mural donde se ve a Aristóteles y Platón en el centro del lienzo. Platón lleva un libro, el Timeo. Aristóteles también lleva un libro, Ética. Platón tiene el índice de la mano apuntando hacia arriba advirtiendo a todos sobre el poder del pensamiento y las ideas abstractas. Aristóteles tiene la mano presionada, lo que indica la importancia del mundo terrenal. El trabajo de Rafael parece sugerir que la tarea de la filosofía en la modernidad es unificar las dos doctrinas antiguas (En: FEITOSA, 2004, p. 15).
La filosofía y la política han mantenido viejos vínculos entre sí. Platón ofrece lo que puede ser su paradigma más fuerte. El rey filósofo, aquel que es capaz de ejercer una función pública de administrar la ciudad y que puede pasar, al orden inestable del mundo sensible y en el que se encuentra la ciudad, la inmutabilidad del mundo de las ideas. Ya con el filósofo alemán Karl Marx encontramos otro modelo. Por ahora la verdad es la dialéctica del movimiento del mundo material (el mundo platónico de las ideas es una quimera, sólo existe el mundo material sensible) de la historia y de la lucha de clases entre opresores y oprimidos. Marx, además, denuncia la filosofía que, ocupándose sólo de interpretar el mundo, se olvida de transformarlo. Pero la praxis revolucionaria marxista, permítanme aclararlo, no es una praxis que se pueda hacer a ciegas. Toda praxis exige su θεωρία (teoría), y corresponde a la filosofía entonces revolucionaria indicar su portador.
Marx investigó la historia de la humanidad. Fue un pensador, un erudito, que quería comprender la sociedad. Su gran aporte fue un análisis profundo del sistema Capitalista y cómo este modelo de organización política y Econômica favorece la expansión de las desigualdades sociales. Y cómo este modelo revela una sociedad que no es una sociedad preocupada por el bienestar general, es una sociedad preocupada por la venta, la sociedad del lucro, por eso es la sociedad del capital, no la sociedad de lo social, es la sociedad la que solo quiere mantenerse al día para que cada vez se produzcan más beneficios. La sociedad avanza mucho con la tecnología, comienza a producir mucho, pero lo social se queda atrás.
Capitalismo que tiene sus orígenes en el Liberalismo Político con John Locke y se consolida con el Liberalismo econômico de Adam Smith. La idea de que el hombre es libre y el Estado existe solo para garantizar el derecho a la vida, la libertad y el derecho a la propiedad hace que Locke sea considerado el padre del liberalismo político. La idea de que esta libertad tiene que estar garantizada dentro de las relaciones de mercado, es decir, el Estado tiene que intervenir lo menos posible en la economía, hace que Adam Smith sea considerado el padre del liberalismo económico. Y la crítica de este pensamiento la hace Karl Marx. Pero la idea de que la propiedad privada es algo natural y debe ser garantizada por el Estado es criticada incluso antes que Marx, por Jean-Jacques Rousseau. El primer hombre que rodeó un terreno y dijo “esto es mío”, dice Rousseau, causó uno de los mayores daños a la humanidad, ya que las desigualdades sociales se originaron con el surgimiento de la propiedad privada. Rousseau establece así la institución de la propiedad privada y la desigualdad social como el principal problema de organización política.
Pero éstas no son las únicas contribuciones que la Filosofía puede ofrecer al análisis del pensamiento político. Los filósofos siempre han estado preocupados por la cuestión social en todo momento y han reflexionado sobre ella, como es el caso del Renacimiento y la Modernidad. Durante el Renacimiento, el pensamiento político de Nicolau Machiavelli se caracterizó por la reflexión crítica sobre el poder y el Estado. En “O Príncipe”, Maquiavelo secularizó la filosofía política y separó el ejercicio del poder de la moral y la religión cristiana. Diplomático y administrador experimentado, escéptico y realista, defiende la constitución de un estado fuerte y aconseja al gobernante que se preocupe por preservar el estado, porque en política lo que cuenta es el resultado. El príncipe debe perseguir el éxito sin preocuparse por los medios. Con Maquiavelo surgieron los primeros contornos de la doctrina de la razón de estado, según los cuales la seguridad del estado es tan importante que, para garantizarla, el gobernante puede violar cualquier norma jurídica, moral, política y económica. Maquiavelo fue el primer pensador en hacer una distinción entre moral pública y privada y el primer defensor de la autonomía de la esfera política, especialmente en relación con la moral y la religión, es decir, por cualquier preocupación por el orden moral y teológico. Además, Maquiavelo rechaza los sistemas utópicos, la política normativa de los griegos y busca la verdad efectiva, es decir, cómo actúan realmente los hombres.
Haciendo una clara alusión a las utopías de Platón a Thomas Morus e Tommaso Campanella, Maquiavelo también se distancia de los sistemáticos tratados escolásticos medievales y propone estudiar la sociedad a través del análisis de los hechos, sin perderse en vanas especulaciones. Al observar la historia de los hechos, Maquiavelo encuentra que los hombres siempre han actuado a través de formas de violencia y corrupção y concluye que el hombre es por naturaleza capaz de cometer el mal y el error. Contrapone las utopías con un realismo antiutópico a través del cual Maquiavelo pretende desarrollar una teoría orientada a la acción efectiva e inmediata.
También es posible encontrar cierto realismo político en los análisis de la pensadora contemporánea Hanna Arendt. Arendt analiza la aproximación entre filosofía y política y entiende que el político y el filósofo no se confunden, porque mientras uno busca un conocimiento abstracto y complejo sobre algo que es una especie de ser, el otro se preocupa por las acciones, actos y posiciones que una persona debe tener. Según ella, la filosofía se esfuerza demasiado por ser neutral para poder tomar una posición. Se trata de discusiones sobre lo plausible, lo lógico, lo que tiene sentido dentro de un marco teórico, mientras que el político se preocupa más por lo que tiene sentido dentro de un aspecto más real, más concreto.
Vemos cómo el problema político resalta el problema social -su organización, sus mecanismos- y ambos han ocupado a los filósofos en todo momento. En este apartado podrás profundizar en algunas de las ideas aquí esbozadas, ya sea en Filosofia Antiga, a través de las ideas de Platón y Aristóteles, o en Filosofia Moderna, sumergiéndote en el pensamiento de Maquiavelo, Rousseau o los economistas clásicos, o en Contemporáneo. Filosofía, a través del pensamiento de Marx, Arendt, la Escola de Frankfurt, entre otros.
A través de estos pensadores, la filosofía se proyecta en el campo de la política, para pensar los desafíos de la convivencia social y política, para afrontar y debatir de cerca la lógica de las reglas que deben presidir el juego de las relaciones políticas, para proponer evaluar el enfrentamiento. de valores en la esfera pública, exponer la presencia del mecanismo Ideológico como máscara de poder en las relaciones sociales, presentar la utopía que guía el razonamiento hacia una ruptura con los males del sistema establecido cuando presenta un Estado Ideal, Crear alternativas reflexivas y críticas para superar la crisis política y abordar las formas de Estado. Si la filosofía piensa en el poder, piensa en los límites del poder, si piensa en la justicia, discute las injusticias. Es en este sentido que su rol y función social se describen exactamente por su intromisión en la dimensión de los temas de relevancia política y relevancia social, en la gobernanza de los intereses comunes.
Vieira (2006) destaca la importancia, e incluso la necesidad, de la filosofía para no perder el vínculo con sus raíces, es decir, para mantener su papel reflexivo en torno al espacio público, desde el ágora, donde tuvieron lugar las asambleas de ciudadanos atenienses y donde se tomaron decisiones en la organización de la polis. “Pregunto, ¿qué caracteriza la actividad intelectual de la Academia de Platón o el Liceo de Aristóteles, si no la de convertirse en espacios privilegiados de reflexión sobre la vida política de la ciudad?”. (id., 2006, pág. 107). Por tanto, la filosofía sigue siendo un aliado importante de la sociedad, en el sentido de indicar a sus ciudadanos la necesidad de reflexionar sobre las situaciones más diversas que involucran las relaciones humanas y sociales y qué podemos hacer para mejorar dichas relaciones y vivir en una sociedad de manera más eficaz, democrática y más justa.
Y así definió la Filosofía Política el filósofo e historiador del pensamiento político contemporáneo, Norberto Bobbio:
- La filosofía política como determinación del Estado perfecto: cuando la filosofía busca construir modelos ideales de Estado o convivencia política basados en valores;
- La filosofía política como determinación de la categoría “política”: cuando la filosofía busca esclarecer los significados y alcances del concepto y la actividad política;
- La filosofía política como búsqueda del criterio de legitimidad del poder: cuando la filosofía busca responder a la pregunta de los fundamentos de la necesidad de obediencia al poder político;
- La filosofía política como metodología de la ciencia política: cuando la filosofía busca esclarecer los supuestos epistemológicos que hacen posible la Ciência Política.
También Latinoamérica ha procurado definir el mundo y la vida humana desde su propia filosofía, cuestionando o apartándose del paradigma europeo; o, como lo dijera Simón Rodríguez, maestro de El Libertador de hispanoamérica, Simón Bolívar, tratando de ser “original” en la cultura y en la filosofía, fundamentándose en una multietnicidad propia y en un mestizaje intelectual, lejos de la dominación del viejo continente y de la hegemonía estadounidense.
Larga es la lista de intelectuales que han forjado una cosmovisión propia del nuevo continente: El ecuatoriano Bolívar Echeverri (2005), Santiago Castro-Gómez, en Colombia; en Argentina, Juan Bautista Alberdi; en Uruguay, José Enrique Rodó (1967); en Perú, Francisco Miró Quesada (1974) o el mexicano José de Vasconcelos (1959), quien acertadamente afirmara: La Europa culta ha acostumbrado a juzgarnos como a restos dispersos de un naufragio irreparable.
Pero el continente no es ajeno a las ideas que llegan de otras partes, y con la irrupción del pensamiento político en otras latitudes, también se manifiesta el americanismo, el indoamericanismo, el africanismo y la marginalidad derivada del colonialismo europeo para definir un pensamiento propio. Así, al marxismo soviético y europeo y al yankismo se antepone el pensamiento de Alberdi, quien aboga por una filosofía política “aplicada a los objetos de interés más inmediatos para nosotros”. A su vez, el peruano José Carlos Mariátegui fue el principal impulsor del indigenismo y la ruralidade, dando un carácter distinto al comunismo soviético o a la industrializada Europa. En su prolífica obra funden la concepción del sujeto revolucionario clasista con aspectos propios de la realidad andina. En Brasil, la Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire, fundamenta su propuesta filosófica en la liberación del sujeto por medio de la educación y la concientización sobre su propia realidade.
Pero más allá de toda frontera y de los límites de la temporalidad, el filósofo italiano, Pietro Ubaldi (2000), legó para el mundo una obra que abarca todos los aspectos del saber humano, entregando al Brasil y a los pueblos de América Latina su Obra, que “contiene las bases para una nueva civilización” y en la que augura una función primordial de Brasil ante los nuevos retos de una humanidad, que debe trascender el pensamiento divisionista, de lucha y de la competitividad para coordinarse en sociedades que se abrazan por medio de la cooperación.
Referencias bibliográficas
BOBBIO, Norberto. Teoria geral da política: a filosofia política e as lições dos clássicos. Tradução de Daniela Beccaccia Versiani. 11. ed. Rio de Janeiro: Elsevier, 2000.
ECHEVERRÍA, Bolívar. La Modernidad de lo Barroco. Edición Era, México, 2005.
FEITOSA, Charles. Explicando a Filosofia com Arte. Rio de Janeiro: Ediouro, 2004.
MIRÓ QUESADA, Francisco. Despertar y Proyecto del Filosofar Latino-americano. Fondo de Cultura Económico, México, 1974.
RODÓ, José Enrique. Obras completas. Editorial Aguilar, Madrid, 1967.
UBALDI, Pietro. Profecías. Instituto Pietro Ubaldi, Campos de Goytacaces, RJ, 2000.
VASCONCELOS, José. Obras completas. Libreros Mexicanos Unidos. México, 1959.
VIEIRA, Luiz Vicente. A democracia com pés de barro: o diagnóstico de uma crise que mina as estruturas do Estado de Direito. Recife, Ed. Universitária da UFPE, 2006.
Presentación de Slides
1. Nascimento e Conceito de Filosofia
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